El mercado inmobiliario, impasible ente a la zozobra política

Reuniones, pactos, sillones…los telediarios, los periódicos y cualquier otro medio de comunicación generalista o especializado copa sus páginas con estos términos, algo lógico puesto que España lleva más de 6 meses con un gobierno en funciones, acercándose de manera inquietante al anterior récord europeo que estableció Bélgica tras 541 días sin ejecutivo (no pareció irles tan mal puesto que sus datos de crecimiento, tasa de desempleo y cuentas públicas mejoraron por encima de la media de la eurozona).

Dentro de este contexto, es difícil encontrar un presente próspero en el que los negocios evolucionen y no se limiten a sobrevivir a la espera de un gobierno que ofrezca estabilidad a los mercados y que cree un caldo de cultivo para el desarrollo empresarial.

Sin embargo, el sector inmobiliario parece escapar de la inconveniencia de la situación política: según el INE, hasta el pasado mes de mayo se realizaron 36.425 compraventas de vivienda, lo que supone un incremento interanual del 23,6%. A la cabeza de este crecimiento se encuentra la residencia usada, que remolca a la de nueva planta (esta última también creció, aunque al 12%, frente al 26,7% de la primera).

Suben las ventas, y suben los precios: en informe elaborado por TINSA, el precio medio de la vivienda en nuestro país sufrió un crecimiento del 1,5% si tenemos en cuenta los indicadores de junio de 2015. Las grandes ciudades, junto con las comunidades de Canarias y Baleares, son las que más han contribuido a este crecimiento, mientras que la costa del Mediterráneo y los pueblos han sido los que han representado los incrementos más timoratos (0,3%).

La repercusión del Brexit

Tras la enorme marejada que ha provocado la decisión de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea, la resaca informativa al respecto no es capaz de discernir de manera clara cual será el verdadero signo del Brexit en cuanto al mercado inmobiliario español se refiere: si bien algunos ven la ocasión propicia para que muchos británicos se líen la manta a la cabeza y opten por establecer su residencia en nuestro soleado país, hay quien opina que la pérdida de poder adquisitivo de los habitantes de las islas tendrá como consecuencia un descenso en la compra de vivienda en nuestro suelo. Cabe recordar que de la venta de vivienda realizada por foráneos, los británicos representan el 25%.