No; este no es un blog de cine. El titular se desprende de las previsiones para el mercado inmobiliario en nuestro país realizadas por Bankinter para 2017.

Las estimaciones del precio de la vivienda que arrojan el estudio realizado por el banco español muestran un crecimiento de entre el 3% y el 5%, mientras que las ventas se acercarán al medio millón (en torno a 480.000). De cumplirse estas previsiones, el año próximo volveríamos a índices de máximos en la etapa de la burbuja inmobiliaria (periodo que acumuló un crecimiento de 4 años seguidos), y se consolidaría la recuperación de un sector que cada vez más atrae a los inversores después del paréntesis originado por la crisis global.

Con las dos grandes capitales españolas como epicentro de crecimiento (puede que debido a las consecuencias del Brexit), la onda expansiva se extenderá también a otras ciudades y zonas turística. Con ello, el valor del metro cuadrado se colocará en torno a los 1.600 euros, muy lejos de los valores más bajos registrados en 2014.

Los mimbres para el desarrollo ya existen (crecimiento económico global, bajos coste de las hipotecas y la rentabilidad del alquiler); sin embargo, hay voces que consideran que esta aceleración podría verse frenada por trabas impuestas al crecimiento urbanísticos en las grandes ciudades. Además, el actual marco demográfico (nuestros mayores de 65 años serán en el futuro el principal grupo de población) y la tasa de desempleo, cuya rectificación será larga y costosa, pueden de igual modo una tendencia que, sin embargo, se muestra de manera decidida al alza.

Por último, no hay que olvidar la importancia del papel que juega el factor cultural: los consumidores españoles siguen siendo reacios, por norma general, al alquiler, y siguen considerando la vivienda como un buen activo de inversión, dedicando su adquisición un esfuerzo por encima de la media europea.