Las consecuencias del Brexit en el sector inmobiliario

Como ya comentamos en el anterior artículo, el Brexit supone un halo de incertidumbre en el sector financiero mundial, especialmente en los países europeos, y aún más en España puesto que son muchos los turistas que nos visitan desde las islas y que invierten en nuestro país. Pero más allá de las funestas teorías que podemos leer en numerosas publicaciones, la realidad dependerá de las negociaciones que se lleven a cabo entre Gran Bretaña y el resto de países: los sucesos a partir de la decisión que tomaron los británicos el pasado mes de junio presentan un escenario de múltiples posibilidades en el que algunos sectores pueden salir favorecidos.

Una verdad ineludible es que, aunque Gran Bretaña salga de la Unión Europea, los británicos no pasarán a ser extraterrestres, y el Reino Unido habrá de encontrar acuerdos con el mercado más grande del mundo: Europa.

Gran Bretaña sigue disfrutando de buena salud, pues su producto interior bruto crece al 2,2%, y la tasa de desempleo es de un leve 5,1%. Uno de los principales rivales de la situación es el tiempo, y hasta que se tomen decisiones las inversiones se estancarán.

El sector retail ya ha tomado medidas relativas a la devaluación de la libra como consecuencia del Brexit, y ya pudieron controlar las alteraciones derivadas de los cambios en cuanto al consumo por la recesión económica o referidas a la proliferación del mercado electrónico. Aún así, las compañías que atraviesan dificultades post-brexit ya lo hacían antes de la decisión de los británicos, con lo que no se puede considerar un marcador fehaciente de amenaza; esto también podemos observarlo en el mercado directo, pues su hundimiento ya era previo al referéndum.

En cuanto a las inversiones core o de bajo riesgo es probable que se aumenten dentro de Europa: tanto París como muchas ciudades alemanas (motor de Europa) están recogiendo el flujo de inversiones que se derivan de Londres, y la rentabilidad que pueden obtener los inversores en ellas sigue siendo atractiva. Esto puede suponer también una oportunidad para España, pues ese flujo que ahora no se destina a inversiones en Reino Unido puede ser recogido por el sector inmobiliario patrio.